No dejar lugar a duda

Eduardo Pablo Apellániz Bastero
Valencina

En los últimos tiempos hemos visto cómo la acumulación de casos de corrupción ha hecho que los ciudadanos duden de los niveles democráticos y de la honestidad de los políticos sea estos del signo que sea. Escuchamos expresiones "todos son iguales". Eso hace que los ciudadanos se alejen de la política, y que esta quede convertida en un coto privado de intereses y luchas. El campo de tensiones fundamental es el urbanismo, cuya concejalía acumula un alto grado de poder que rehuye todo control.

Si en tu pueblo hay una presión inmobiliaria fuerte, y una historia reciente de escándalos urbanísticos y políticos, la cosa empeora. Por bien de la democracia, la obligación de los políticos gobernantes es la de no dejar lugar a duda, la de la máxima transparencia.

Poner en marcha comisiones de participación verdaderas, hacer accesible la documentación urbanística a todos los ciudadanos, respetar y facilitar el seguimiento, cumplir en las obras públicas la normativa de protección arqueológica, llevar a pleno convenios habiendo entregado completa y con anterioridad suficiente la documentación a la oposición, o notificar en pleno las sentencias que favorecen al ayuntamiento frente a las inmobiliarias; son algunas de las cuestiones de obligado cumplimiento para despejar toda duda.

Pero en mi pueblo, como en tantos otros, cuando los ciudadanos pedimos que cumplan esas condiciones, se sienten molestos y responden que "los dejemos gobernar". Parece que necesitamos otros políticos para que se cumpla aquello que decía Zapatero de que hemos de luchar por una democracia en la que la gente normal pueda participar y expresar su opinión todos los días; porque los poderosos ya visitan los ayuntamientos y votan todos los días.

Publicado por Andrés Trevilla el domingo, agosto 23, 2009  

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