Lo nuestro vale menos
Juan Luis Pavón | Actualizado 13.09.2008 - 01:00
Me decía con razón un lector, al hilo de las noticias que solemos publicar sobre hallazgos arqueológicos de gran valor que tienen lugar en otros países o continentes, la poca o nula repercusión que tienen esos descubrimientos en Sevilla si acontecen... en la provincia de Sevilla. Por eso caen en saco roto los análisis de expertos que valoran los conjuntos de dólmenes en el Aljarafe como de los más importantes de su tipo en Europa. Por cantidad (un poblado prehistórico con 235 hectáreas y monumentos funerarios en otras 230 hectáreas) y por singularidad. Tendrá que venir desde lejos National Geographic para hacer un documental que se remonte a 4.000 años atrás y será entonces cuando nos fascinemos por su importancia, necesidad de conservación y puesta en valor. Pero en nuestro modelo de generar riqueza la palabra patrimonio equivale a engorro porque no le ven ni la punta identitaria ni la pecuniaria.
Confieso mi sana envidia al ver imágenes de la inauguración de la réplica de la cueva de Ekain, en Zestoa (Guipúzcoa), con la reproducción de las notables pinturas rupestres que han incluido a dicho paraje en el catálogo del Patrimonio de la Humanidad. Descubierta en 1969, en 40 años nadie cometió el error de abrir la gruta al público. Ahora se han invertido nueve millones de euros en su réplica museística y se ha garantizado la protección del entorno paisajístico. Un enclave que no se ve es ya un foco de atracción cultural en la comarca.
En el Aljarafe aún son muy endebles los planes de recreación de los dólmenes, paseos por sus parajes e interpretación de su época. En Castilleja de Guzmán hay un proyecto en marcha con 211.000 euros de presupuesto. Otra cosa no cabe esperar de la ceguera pública y privada para invertir en patrimonio como estrategia a largo plazo. Por eso el Museo Arqueológico queda confinado a la categoría de ruina de edificio que cobija lo que se encuentra en las ruinas, Carambolo incluido.