El Potaus culmina varios intentos baldíos de dibujar el área metropolitana
El Correo de Andalucía. 14/06/2009. Iñaki Alonso
Quedaron atrás las murallas que se levantaron en tiempos de Julio César y que separaban la capital hispalense de su entorno. Los tiempos han cambiado y mucho, y ahora un habitante de Sevilla puede trabajar en Dos Hermanas, Alcalá de Guadaíra o La Rinconada y vivir en el Aljarafe.
En este cambio, el ciudadano ha ido siempre por delante de la política, que es más lenta en su intento de culminar el dibujo del área metropolitana. Casi medio siglo después, toma cuerpo con la aprobación definitiva del Plan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbana de Sevilla (Potaus). Pero antes hubo que recorrer un largo camino.
El espíritu de área metropolitana nació en 1960 a raíz de un estudio del Ministerio de la Vivienda que designaba a Sevilla como la cuarta del país, tras las de Madrid, Barcelona y Valencia. La Gran Sevilla no la conformaban 46 municipios como hoy, sino 15 y tenía medio millón de habitantes. En esta época no se pensaba tanto en la corona, sino en la expansión demográfica de la capital hispalense. Es más, en su Plan General de Ordenación Urbana (PGOU)de 1963 se apostó por mejorar los accesos a la ciudad y, de paso, trasladar los focos industriales a la periferia, incluidos suelos de Alcalá de Guadaíra, Dos Hermanas y Camas.
El avance del Plan de la Comarca de Sevilla se convirtió en el primer documento serio para conformar el modelo, como los que tenían Madrid, Barcelona, Valencia o Bilbao. Ideado desde 1967, comprendía Sevilla y municipios como La Rinconada, Brenes, Dos Hermanas, Alcalá de Guadaíra y varios del Aljarafe. Pero la transición relegó a un segundo plano la idea. Fue el primer fracaso para dibujar la aglomeración urbana, pero en la práctica se iniciaba el auge residencial en Sevilla, con Parque Alcosa y Sevilla Este, y en su corona, en Montequinto y el Aljarafe.
La democracia trajo consigo el traslado de competencias en ordenación del territorio a la Junta de Andalucía. Tras un intenso debate, se creó el Gabinete de Estudios Metropolitanos, coordinado por el ingeniero de caminos Damián Álvarez. En 1989, presentó un avance de las Directrices para la Coordinación Urbanística. Pero no tuvo aplicación práctica. En esa época llegó la eclosión residencial en el Aljarafe. Mairena del Aljarafe y Castilleja de la Cuesta aumentaron en más de un 100% su parque de viviendas. La primera corona ya era una realidad sobre el terreno.
Sin planes de ordenación del territorio llegó la Exposición Universal de 1992 que, sin duda, abrió de par en par el fenómeno del área metropolitana. La inauguración de la ronda de circunvalación SE-30 sirvió para promover la movilidad en el conjunto de la aglomeración urbana. También influyó la autovía de Sevilla a Málaga (A-92), que unió Sevilla con los municipios de la comarca de Los Alcores. Del mismo modo, a lo largo de esta década se confirmó una tendencia iniciada años atrás: la capital hispalense no crecía tanto como la corona, que comenzó a experimentar una auténtica explosión. El boom inmobiliario se desarrolló en la periferia y afloraron los primeros casos de congestión.
Tras la Expo’92, volvió a rondar en las administraciones la intención de constituir un modelo para poner orden un territorio que comenzaba a desarrollarse desbocado. El 31 de mayo de 1994 se formuló el primer Potaus. Incluía este primer planeamiento a 22 municipios, con 17 poblaciones del Aljarafe más Dos Hermanas, Alcalá de Guadaíra, La Rinconada, La Algaba y la propia capital hispalense. El plan estuvo a punto de hacerse oficial en 2001. Pero al final no se inició ni la tramitación por la falta de voluntad política. Y entretanto crecían los problemas de movilidad en un territorio cada vez más saturado y que crecía desordenadamente al calor del boom del ladrillo, entonces en su mejor momento.
El Potaus no resucitó hasta el 8 de noviembre de 2006. Ya no serían 22 municipios, sino 46 municipios, que englobaban a toda la comarca del Aljarafe y la de Los Alcores, así como otros pueblos del Bajo Guadalquivir. Es decir, se concibió el modelo actual del área metropolitana y con la vista ya en la segunda ronda de circunvalación, la SE-40. La comisión de redacción del Potaus se constituyó en julio de 2007. Sobre estas fechas, el secretario provincial del PSOE, José Antonio Viera, comenzó a defender la idea de una autoridad única para la ya denominada Gran Sevilla.
En octubre de 2007, salió a la luz el borrador del Potaus. Tras más de un escollo en el periodo de tramitación, que dilató su aprobación, el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía ratificó esta semana el Potaus, que vertebrará el área metropolitana para los próximos 10 años. El sueño más largo.