El Aljarafe y Torrijos



El Aljarafe es de renombre universal y citándolo todos los historiógrafos antiguos y modernos. Paraje deleitoso por su alegría, luz, fertilidad, vistas panorámicas, por los accidentes de la Naturaleza y por su gran riqueza agrícola y pecuaria, denominado en las leyendas orientales Jardín de las Hespérides , Huerta de Hércules por Estrabón, Campum Elysium , y por los geógrafos latinos, Vergentum , tierra tan preciada por todos los pobladores y conquistadores primitivos, como luego lo fue de los árabes, que le congnominaron Al-xaraf o Saharaf, significando terreno feracísimo, y también llamáronle Jebl-Arrahmah, por extraordinaria fertilidad. Los poetas árabes la cantaron por su extraordinaria belleza, entre ellos el escritor Iln-Saffar, que le elogia así: “El Al-xaraf sobrepuja en belleza y fertilidad a todas las tierras del mundo, pues ofrece las delicias del Paraíso; sus productos son incomparables; sus granjas y sus aceites no cuentan con rivales que compitan; posee dilatada población diseminada por su extenso territorio en alquerías, granjas, casas de recreo, palacios, con todo lo conveniente para la vida agradable, cual jardines, baños, bosques, estancias alicatadas con surtidores que refrigeran el ambiente cálido en los días de estío caliginoso.....”

Parte y se extiende a una legua de Sevilla, sirviéndola en todo tiempo con sus ricas producciones, y aún le sobraba para remitir por el Betis a otras regiones lejanas, que su dilatada vega, en territorio de cinco leguas de extensión, daban abasto para ello con el abundante riego de sus obras hidráulicas y de los ríos Guad-al-vacar, río del ganado, y del Guad-al-amiar, río de los príncipes.

El territorio aljarafeño según descripción de la época arábiga, se repartía en cuatro distritos, regidos, desde: HINS-al-farach (San Juan de Aznalfarache), HINS-al-kollar (Aznalcóllar), HINS-al-Kassar (Aznalcázar) y HINS-al-pechin (Sanlúcar), que eran administrados por señores poderosos, con soberanía sobre alcarrias y aldeas pobladas por bereberes, muladíes y mozárabes, que pagaban pingues rentas y comerciaban con los productos de sus tierras que eran conducidos a la sultana Medina Ixbilia y pequeños puertos del Guadalquivir. Y había multitud de Haciendas de labor. Entre estas, Torrijos (Torija Thebereid, hebraico), que debió ser el fundador. Con una fortaleza donde quizás se albergaba el walí de todo el Aljarafe, y recolector de todo sus almorifazgos.

En el repartimiento de Sevilla, luego de reservarse el monarca el diezmo de todo el Aljarafe, antes de la toma de Niebla, Torija correspondió a Don Nuño Gonzalez de Lara, con 410 aranzadas de olivar, que más adelante pasó a ser dote de Doña María Alonso Coronel, que le dió su padre para casar con Guzmán el Bueno.

Es el más rico florón de los campos Béticos, y puede calcularse lo que sería en periodo almohade. Le pertenecen los lugares de Palomares, Mairena, Almensilla, Bormujos, Castilleja del Campo, Tomares, Gines, Villanueva del Ariscal, Hinojos, Escacena, Salteras, Burguillos, Valencina y otros, alquerías en su origen que después se engrosan alrededor de la ermita cristiana, y de ella la parroquia, y de ella el alcaide pedáneo y la aldea, que fueron repartidos según los servicios en la Reconquista o para vivir los vencidos, como Paterna del Campo, que se designa para vivir los judíos.

Fuente: Umbrete.es (texto)

Publicado por Andrés Trevilla el martes, octubre 12, 2010  

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